Dentro de la apremiante problemática social que debe afrontar el Ministerio de Educación, uno de los asuntos más urgentes, debido a su importancia y por haber generado gran polémica, es el referido a la concepción del tema de la igualdad de género en nuestra sociedad. Muchos se han referido al tema, a veces sin base alguna, otras defendiendo intereses personales o de grupo y aún con cierto interés subalterno. Al respecto, hay que precisar que el enfoque Igualdad de Género es parte del Currículo Nacional de la Educación Básica, documento que establece los aprendizajes que se espera logren los estudiantes como resultado de su formación básica, en concordancia con los fines y principios de la educación peruana, el Proyecto Educativo Nacional y los objetivos de la Educación Básica.
Los lineamientos que ofrece el Currículo Nacional sirven de base para la elaboración de los currículos que se aplican en las diferentes regiones del país, atendiendo a las características y necesidades propias de las mismas. El Currículo Nacional sirve de base también para la elaboración de los currículos y programas educativos de cada institución educativa. Este importante documento es elaborado por los especialistas del Ministerio de Educación, profesionales de la educación especializados en las distintas áreas curriculares que lo componen. Ellos son los encargados de identificar, diseñar y elaborar las diferentes competencias y capacidades que finalmente los profesores de aula se encargarán de desarrollar en sus alumnos. Lo que los especialistas propongan debe basarse en la Constitución Política del Perú y la Ley General de Educación, entre otros documentos.
“Para su elaboración, el Ministerio de Educación ha recogido la experiencia y los avances en la elaboración de los estándares de aprendizaje realizado por el IPEBA (Instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Básica) desde el 2010, ha promovido un proceso de consulta amplia a nivel nacional entre el 2012 y el 2016 con actores de sectores públicos y de la sociedad civil, docentes, especialistas, expertos nacionales e internacionales para la estructura y contenido curricular, incluyendo en la Educación Básica Alternativa la participación de los estudiantes a través del Consejo de Participación de estudiantes, a lo que se suma la realización de consultas virtuales y las organizadas con el Consejo Nacional de Educación en el 2014 y 2015” (Currículo Nacional, 2016, p. 8).
Por lo mencionado en los párrafos anteriores, es claro que el currículo nacional no es fruto de la improvisación; por el contrario, es un documento que surge de la consulta y de la participación ciudadana. Con lo que se menciona en él estuvieron de acuerdo la mayoría de las agrupaciones políticas que participaron en las elecciones generales de 2016, aunque después algunas de ellas intentaron negarlo.
Son siete los enfoques transversales del currículo nacional. Uno de ellos es el enfoque Igualdad de Género.
4. Enfoque Igualdad de Género.
Todas las personas tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente. La Igualdad de Género se refiere a la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y varones. En una situación de igualdad real, los derechos, deberes y oportunidades de las personas no dependen de su identidad de género y, por lo tanto, todos tienen las mismas condiciones y posibilidades para ejercer sus derechos, así como para ampliar sus capacidades y oportunidades de desarrollo personal, contribuyendo al desarrollo social y beneficiándose de sus resultados.
Si bien aquello que consideramos “femenino” o “masculino” se basa en una diferencia biológica-sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones. Desde que nacemos, y a lo largo de nuestras vidas, la sociedad nos comunica constantemente qué actitudes y roles se esperan de nosotros como hombres y como mujeres. Algunos de estos roles asignados, sin embargo, se traducen en desigualdades que afectan los derechos de las personas como por ejemplo cuando el cuidado doméstico asociado principalmente a las mujeres se transforma en una razón para que una estudiante deje la escuela (Currículo Nacional, 2016, p. 23).
El Ministerio de Educación viene promoviendo el enfoque Igualdad de Género dentro del Currículo Nacional desde hace muchos años. Como se aprecia luego de la lectura de los párrafos anteriores, este enfoque busca desaparecer las brechas que aún existen entre hombres y mujeres en la sociedad y dar paso a una educación progresista basada en criterios de igualdad, tolerancia y no discriminación (El Peruano, 28 de agosto de 2019). Sin embargo, en los últimos años, agrupaciones religiosas y políticas quieren traerse abajo todo lo avanzado en este tema, so pretexto de que el enfoque de igualdad de género (confundido con ideología) estaría promoviendo la expresión de otros géneros distintos al masculino y femenino y atacando el concepto tradicional de familia, entre otros equivocados argumentos. Felizmente, la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema declaró infundada en todos sus extremos la demanda interpuesta por el colectivo Padres en Acción contra aquel enfoque (Poder Judicial del Perú, 3 de abril de 2019). Sin embargo, hay que entender que la arremetida de estos grupos ultraconservadores no ha terminado, sino que va a continuar en los próximos meses y años. Lo estamos viendo ahora en las campañas por las elecciones congresales de enero de 2020 y lo veremos también en las elecciones generales de 2021. Hay que entender que la oposición a lo normado por el Ministerio de Educación no es solamente religiosa, sino también política. Corresponde a cada uno de nosotros defender la tolerancia y la igualdad, y estar en contra de la discriminación y la violencia de género.
En este sentido, hay que resaltar la acción del poder ejecutivo de nuestro país, que el 4 de abril de 2019 publicó en el diario El Peruano el Decreto Supremo que aprueba la política nacional de igualdad de género (DS N° 008-2019-MIMP), instrumento legal de obligatorio cumplimiento en todas las entidades del Estado, y que a través de sus lineamientos y objetivos busca reducir la brecha entre hombres y mujeres en nuestro país.
